domingo, 6 de septiembre de 2009

Diario de lecturas. Frase.

En Las palabras, Sartre confiesa algo que a todos los que amamos la lectura placentera nos puede ocurrir:

“Él [el abuelo] tenía que elegir; o yo no profetizaba o había que respetar mis gustos sin tratar de comprenderlos. De haber sido padre, Charles Schweitzer lo habría quemado todo; como era abuelo, eligió la indulgencia. Yo no pedía otra cosa y seguí apaciblemente mi doble vida. Que no ha terminado: aún hoy leo con más gusto las novelas policíacas que a Wittgenstein.”
Lo que no significa que no se lea a Wittgenstein con gusto... Pero, ¿qué mayor placer que leer por leer, es decir, por el mero placer de saborear palabras e historias que hacen olvidar el mundo que te rodea?