jueves, 29 de mayo de 2008

Diario de viajes y poesía


Yo no he nacido para odiar, sin duda;
ni tampoco he nacido para amar,
cuando el amor y el odio han lastimado
mi corazón de una manera igual.


Como la peña oculta por el musgo
de algún arroyo solitario al pie,
inmóvil y olvidada, yo quisiera
ya vivir sin amar ni aborrecer.
Éste es un poema de Rosalía de Castro. El mejor de los estoicos no podría describir tan exactamente el deseo de no sufrir, de no someterse a las pasiones que dominan nuestro espíritu.
No soy la autora de la fotografía. La hizo una amiga a la que amé y a la que odié, con la que me divertí y con la que me disgusté cuando ya no fuimos capaces de entendernos la una a la otra. La fotografía es de mi último viaje con ella, y con otras, por Galicia. Hicimos el último tramo del Camino de Santiago, desde Sarria. Fue muy bonito. Yo estaba mal. Sin comprenderme a mí misma ni capaz de hacerme comprender. Caminar no me ayudó nada a calmarme, pero me desahogó. Recuerdo la niebla al punto de la mañana, justo después de amanecer. Recuerdo los pueblos fantasmales de Lugo, el olor a animales de granja, a estiércol, a campo verde. Lo que más disfruté fue caminar sola por los bosques de eucaliptos de Coruña. Mi paso no era muy rápido, más bien lento, y a veces me quedaba descolgada del grupo, en el absoluto silencio de esos árboles espirituales de tronco estilizado y alto. En esos momentos intentaba escucharme pero no me oía. Sin embargo, sé que el bosque se compadecía de mí.

viernes, 23 de mayo de 2008

Diario de poesía

Bruma de oro, el occidente abruma
La ventana. El asiduo manuscrito
Aguarda, ya cargado de infinito.
Alguien construye a Dios en la penumbra.
Un hombre engendra a Dios. Es un judío
De tristes ojos y de piel cetrina;
Lo lleva el tiempo como lleva el río
Una hoja en el agua que declina.
No importa. El hechicero insiste y labra
A Dios con geometría delicada;
Desde su enfermedad, desde su nada,
Sigue erigiendo a Dios con la palabra.
El más pródigo amor le fue otorgado,
El amor que no espera ser amado.

Este poema por supuesto no es mío...No es demasiado bonito. Lo dedicó Borges a Spinoza: el judío que engendró a Dios a través de la geometría. No está mal pensado. El filósofo pulidor de lentes que paseando por los canales de Amsterdam pensó que la única sustancia es la divina. El que habló del amor no como un sentimiento, sino como un pensamiento: amar significa conocer y aceptar la verdad de lo que se conoce. Amar lo que uno es y lo que el mundo es, una vez conocido adecuadamente. El amor que no espera ser amado.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Anédota real

El alumno pregunta a la profesora si puede bajar con ella a la biblioteca a buscar un libro de su agrado para leer. Es hora de lectura. La profesora asiente.
La profesora abre un armario y deja al alumno mirando los lomos de los libros para que elija.
-Ya he cogido dos, ¿puedo?
-Sí, vale, ¿cuáles son?
-Uno de Isaac Asimov y otro de Darwin.
¿Darwin? El alumno tiene quince años escasos, es un despistado de tomo y lomo, su gran afición son los juegos de ordenador.
-Pero... ¿Qué libro de Darwin has escogido?
-Éste.
Muestra El origen de las especies.
-Ah, ya... Esto....¿estás seguro?
-Sí.
-¿No es un poco largo?
-No.
-¿No crees que te vas a aburrir?
-No.
-Sinceramente... No es habitual que un alumno de 4º ESO escoja un libro como éste para leer.
-Ya. Es que yo creo en el creacionismo y quería saber qué dice Darwin.
-¿Có..m..? Es... estupendo por tu parte.
La profesora, estupefacta, cierra el armario.

lunes, 19 de mayo de 2008

Diario de espectáculos

El teatro del mundo... La farsa de la vida. Frases manidas, pero el teatro sigue ejerciendo un poder mágico para el espectador que se abre a él. He acudido a varios montajes en los últimos meses: Dos caballeros de Verona (Shakespeare por Helena Pimenta y el Ur-Teatro, no tan espectacular como La tempestad), Hay que purgar a Totó (cumplí mi sueño de ver a Núria Espert en escena, pero, en fin, qué vamos a hacer, es una estrella, está más allá de la actuación; en cuanto a la obra, interesante pero quizás un poco démodé); El rey Lear, EXCELENTE, en versión de Gerardo Vera, con una escenografía de colores fríos y mucha oscuridad, como la mente de Lear, hombre obcecado por su narcisismo, rodeado de hipócritas que sólo desean su fin, a los que ha dominado a su antojo, por otra parte; El pintor de su deshonra, MAGNÍFICA, una versión de Calderón colorista y muy poco acartonado. De nuevo, ir al teatro vuelve a estar de moda, no es que siga una moda, pero hay que reconocer que en Madrid se suceden los montajes interesantes, los precios son asequibles, y, en este aspecto, la ciudad vuelve a bullir. No hace falta montar un Broadway, lo que hace falta es continuar y mantener esta variedad. Sólo un pesar: la mayoría de las obras no se programan para más de mes y medio, y a veces la demanda es tan enorme que es difícil conseguir entrada. Que siga la fiebre del teatro...

jueves, 8 de mayo de 2008

El río




Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir,
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

Siento fascinación por los ríos y por las ciudades que tienen ríos. Mis ríos favoritos son los caudalosos, como el Ebro o el Danubio. Las orillas de un río o de un riachuelo no son caminos corrientes. Como el que contempla la vida desde fuera, uno observa el transcurrir del río, sereno o agitado, silencioso o retumbante; se sienta a verlo pasar, sigue el sentido de la corriente, o va contra el sentido. El río y la vida. El agua de la vida. Nunca te bañarás dos veces en el mismo río, dijo Heráclito. Nunca observar un mismo río es la misma experiencia. Tampoco caminar con él, contra él, o atravesarlo. Nunca un momento de la vida es el mismo que el anterior momento. Nunca es siempre lo mismo. O es lo que me gusta que sea.

DIARIO DE EXPOSICIONES: AMAZONAS

Visité la exposición de la Fundación Mapfre en marzo. Una buena muestra de pintoras y fotógrafas del siglo XX: casi un centenar de artistas, españolas y extranjeras. Disfruté mucho con el paseo entre tanta obra de arte. Sobre todo, pensé en una conversación mantenida con unos compañeros del trabajo en diciembre. La discusión trató sobre la siguiente cuestión: ¿la mujer es menos creativa que el hombre? Explicaba una de mis compañeros que, a día de hoy, a igualdad de oportunidades, el hombre sigue estando más presente que la mujer en el mundo literario y artístico. Además, hay más obras maestras o relevanes de hombres que de mujeres. El hombre publica más, expone más, crea más. Creo que mi amiga cae en la falacia naturalista que ya denunció Hume hace unos siglos: hacer del ser, deber ser. ¿Es cierto que hay menos mujeres artistas que hombres? ¿Es cierto que las obras de calidad son más bien productos masculinos que femeninos? Seguramente la respuesta (que se debe a un razonamiento inductivo, cuya conclusión, ya se sabe, es sólo probable) sea sí. ¿Esto implica que la mujer deba ser menos creativa? ¿Podemos inferir una naturaleza determinada para la mujer y para el hombre? No, no podemos. No se infiere. Del mismo modo habría que considerar que los negros son menos creativos que los blancos. La visión etnoandrocéntrica sigue mucho más presente de lo que estamos dispuestos a aceptar, y esto no es simplemente una pataleta o una postura victimista. Ésta sigue siendo mi conclusión respecto a esta polémica.