lunes, 28 de enero de 2008

Paseando

Madrid tiene dos estaciones magníficas que el cambio climático está a punto de defenestrar: el otoño y la primavera. Es una ciudad gris en invierno y demasiado calurosa en verano. O no... Cada año la sensación de que las estaciones no "son como antes" es mayor. No sé si fundada o no.

Madrid en otoño otra vez



Un paseo por el Parque del Oeste, tan bonito como el Retiro. ¡Vivan los árboles de Madrid!

Diario de lecturas

Las relaciones familiares no son siempre un idilio. A menudo los hijos nos pasamos la vida huyendo de los padres, buscando algo que ellos no nos ofrecen o no sabemos ver que nos dan. A veces volvemos, supongo que siempre volvemos, aceptando lo primero o lo segundo.

No es fácil ser familia. Damos por hecho el cariño, la confianza, el afecto, como si eso no hubiera que cultivarlo como con un amigo o la pareja. No se puede dar nada por hecho sólo porque alguien sea tu familia: no se quiere por obligación, no se respeta por la sangre.

Hace unos meses leí uno de esos muchos libros que compro y cogen polvo en la estantería. Lo adquirí en Barcelona, antes de irme, en el año 1997. Uf, ahora parece muchísimo. Entonces, ni pensaba más allá del año 2000: me parecía increíble contar los años con esos números. Para mí 2001: Una odisea en el espacio seguía siendo una película de ciencia-ficción.

El libro del que hablo es Padres e hijos de Turgueniev. Se disfruta mucho la lectura de esta novela. Trata de un joven peculiar, Basarov, un nihilista, es decir, un descreído de la época, que pensaba que el amor, la religión, la ciencia... ¡todo es mentira! Hasta que se enamora y enferma; entonces su mundo sin fundamentos ni principios se tambalea... No es que empiece a buscarlos como loco, pero su nihilismo soberbio se nihiliza a sí mismo. En fin, la historia de Basarov no acaba demasiado bien.

Pero, ¿por qué esta novela se llama Padres e hijos en vez de El nihilista, que le hubiera ido mejor? Como muchos hemos hecho a conciencia, Basarov se despega de sus padres, que no le entienden, son vulgares, no están a su altura intelectual y le aburren con sus atenciones. Después de años sin verlos, va a su casa despechado por el rechazo de la mujer de la que se ha enamorado; sin embargo, a los cuatro días se marcha avisando de un día para otro. Los padres quedan sumidos en la tristeza. El padre dice: "Nos deja, nos deja, nos deja; se aburría de nosotros. ¡Solo ahora como un dedo!". La madre, una mujer a la sombra de su marido, le contesta: "¿Qué vamos a hacerle, Vasia? El hijo es... una loncha partida. Es un aguilucho: vino volando, y volando se va; pero nosotros, como claveles dobles, seguimos uno al lado del otro y no nos movemos de nuestro sitio. Sólo yo seré siempre para ti la misma, como tú también lo serás para mí."

Qué hermoso y qué triste. La soledad compartida, el hijo que se va lejos, la frustración de no poder retenerlo... Este fragmento justifica todo un título y una lectura que no defrauda.

Esto me hace pensar que los lazos que uno elige por devoción son los más duraderos. Pero no quiero volverme una nihilista de la familia... Al fin y al cabo, la familia es lo que siempre está ahí, la red de solidaridad más potente del mundo. Un espacio de sentimientos ambiguos, sin duda.

miércoles, 2 de enero de 2008

TODAVÍA UN POCO MÁS SOBRE MADRID EN OTOÑO

Los muchos caminos de este parque invitan a perderse. Mejor en romántica compañía, cómo no.
En lafotografía de abajo se observa al hombre sentado en el banco, tan pequeño como una hormiguita en medio de los troncos semidesnudos.
En la fotografía de arriba retraté el Bosque de los Ausentes, un lugar dedicado a la memoria de los que murieron en el atentado de Atocha. La primera vez que visité este montículo artificial me pareció horroroso. Este otoño, sin embargo, los Ausentes han cobrado una presencia diferente, con esta luz tan particular.
Por cierto, un nuevo año empieza y no se me olvida desear Feliz Año 2008 para todos.

MÁS SOBRE MADRID EN OTOÑO

El paseo fue extraordinariamente bucólico. Las imágenes hablan por sí solas. Como el Retiro es grande, y mis oportunidades escasas, muchos de sus rincones permanecen desconocidos para mí. El estanque que se observa a la derecha, en el que cae una cascada, fue uno de esos rincones que se desvelaron durante este paseo.

MADRID EN OTOÑO


Una de las épocas del año en la que Madrid está más bonita es en otoño. Hace un mes mi hermano y su novia hicieron una visita a la ciudad. Paseamos por el Retiro un domingo por la mañana. Qué tendrán los domingos por la mañana que son tan buenos para pasear...